El agua debe estar nivelada en sus componentes químicos para el consumo
humano. La Organización Mundial de la Salud (OMS), estableció como límite una
concentración de flúor de 1.5 m/l, pero en aguas que no son de red y no pasan
por un proceso de purificación previo, estos valores se sobrepasan.
El principal problema radica que en la actualidad muchas familias, sobre todo
en zonas rurales, se abastecen de agua extraída del acuífero freático (primera
capa subterránea de tierra que contiene agua), que tienen un alto grado de
contaminación y con frecuencia se utilizan como única fuente de abastecimiento.
“Sucede muchas veces que las personas no son conscientes del daño que puede
ocasionar la ingesta con alto contenido de flúor, sobre todo en zonas rurales,
donde el agua es directamente de pozo sin ningún tipo de control científico”,
explicó la investigadora Stella Maris Reynoso, que estudia esta problemática
junto con un equipo conformado por especialistas en Química y en Hidrología
Subterránea.
El lugar elegido para el desarrollo de este estudio es el departamento Banda de
la provincia de Santiago del Estero, ubicado en la región semiárida en el
nordeste de la Llanura Chaco-Pampeana. Allí se encuentran varias localidades
afectadas por la presencia de flúor en el acuífero superficial, el cual es
usado como provisión de agua por la dispersa población rural de la zona.
Además, el consumo hídrico es muy alto debido a la temperatura media anual, que
es de 21,5º C, con una máxima absoluta en verano de hasta 47º C y una mínima en
invierno de -5º C.
Los investigadores buscan solucionar esta problemática y para ello estudian la
composición química y la concentración de flúor en el agua subterránea. Además,
intentan relacionar la composición aniónica y catiónica (elementos constitutivos
propios del agua) con la presencia de flúor, clasificar el agua de manera
físico-química y seleccionar las zonas que presentan mejores posibilidades de
aprovechamiento hídrico-subterráneo.
Para llevar a cabo este estudio los profesionales trabajan en un gabinete con
la elaboración de la cartografía del área de estudio, para así poder realizar
tareas en campaña. Luego realizan un análisis de las muestras recolectadas, a
las que se les efectúa la correlación que tiene el flúor en los aniones y
cationes.
Hasta el momento se logró eliminar parcialmente dicho elemento químico
contaminante del agua mediante el uso de hidroxipatita (principal constituyente
de hueso molido y calcinado). En este caso se utiliza hidroxipatita sintética,
material que se caracteriza por la cualidad de separar principalmente el ión
flúor.
Según los investigadores, los resultados obtenidos en estas pruebas “son
alentadores, lo que estimula a que sigamos trabajando para solucionar esta
problemática”.
María Gracia Fiorentino, Técnica Universitaria en Comunicación Social
Universidad Nacional de Santiago del Estero