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Un tren a la esperanza


Rocío Mariel Rodríguez es una Villaguense comprometida con el proyecto solidario del Tren Hospital para Chicos Alma: un servicio que promueve el acceso a la salud de chicos y adolescentes en zonas de riesgo social


Rocío Mariel Rodríguez es una odontóloga villeguense de 31 años comprometida de por vida con una causa solidaria, que la lleva a recorrer el país a bordo de un tren sanitario. En esta edición de Hoy Mujer nos cuenta su historia y comparte con nosotros anécdotas de su increíble experienci
 
Carrera
El 23 de noviembre de 2007, Roció se recibió de odontóloga en La Plata, "Siempre me gustó todo lo relacionado a la medicina, y por eso al momento de irme a estudiar busqué una carrera que tenga que ver con eso. Me gusta el contacto con la gente y todo lo social que ese tipo de carreras conlleva. Además, obviamente en mi decisión influyó mucho la palabra de mi viejo, que se dedicó durante muchísimos años a la odontología".
Rocío afirma que de tener que volver a elegir, también le hubiese gustado ser médica o enfermera de la mundialmente conocida ONG Médicos sin fronteras, "Si en algún momento se abre en Villegas la carrera de Enfermería Profesional voy a anotarme, ya que es algo que me quedó pendiente"
 
Primeros trabajos
Cuando se recibió de la carrera de odontología, Rocío comenzó a trabajar en Monte Grande y Bernal, en el conurbano bonaerense, "Viajaba desde La Plata con un par de amigos de la universidad. Trabajé allí durante aproximadamente tres años, hasta que me vine a vivir a Villegas, a fines de 2010".
En Villegas las oportunidades para Rocío eran ilimitadas: podía comenzar a trabajar en el consultorio de su padre, que ya tenía planes de jubilarse, y de a poco empezar a tomar a su cargo sus pacientes, "Cuando llegué entré a trabajar en el consultorio de mi papá y a la vez atendía ad honorem en el Hospital Municipal, lo cual me sirvió mucho para que la gente me conozca. Si bien al principio me costó adaptarme, hoy estoy muy feliz acá y es una decisión de la que no me arrepiento."
 
El Tren Hospital para Chicos Alma
Desde hace ya dos años, Rocío trabaja como voluntaria del Tren Hospital para Chicos Alma, una organización social sin fines de lucro que, desde 1980, pone en funcionamiento un hospital rodante que llega al norte argentino para brindar atención primaria -incluyendo servicios médicos, odontológicos y medicamentos- y educación para la salud, en forma gratuita, a chicos y adolescentes que no cuentan con servicios permanentes de salud.
Su equipo está íntegramente conformado por miembros voluntarios: pediatras, médicos generalistas, odontólogos, radiólogos, trabajadores sociales, enfermeros y bioquímicos se suman a esta experiencia desde distintos puntos del país, ofreciendo su tiempo y saberes profesionales al servicio de quienes más lo necesitan. Un coordinador de viaje, miembro permanente de la fundación, oficia de referente y de guía para el nuevo equipo. Por otro lado, se suma al recorrido un equipo permanente de mantenimiento, limpieza y cocina. Cada viaje tiene una duración aproximada de 15 días.
El Tren Hospital para Chicos Alma visita al menos una vez por año cada uno de sus destinos, de manera de asegurar la continuidad en la atención y el seguimiento de cada paciente. Por otro lado, desarrolla una importante tarea de educación para la salud, articulando su labor con las escuelas locales y favoreciendo, así, la sustentabilidad de su acción.
"Cuando estaba en la facultad siempre quise hacer ese tipo de viajes solidarios, pero no se me había presentado la oportunidad. Me la pasaba investigando a qué movida social me podía sumar y el año pasado mandé un mail a la fundación y quedé registrada. Deseaba mucho poder subirme a ese tren". Rocío formó parte del equipo en los viajes número 190 y 197 del tren sanitario, y la experiencia fue inolvidable, "los profesionales que viajan en el tren lo hacen voluntariamente. La ONG se encarga de la comida y gastos de estadía que pudieran existir, y además se encarga del pasaje de vuelta a tu ciudad de origen".
 
Historia
Fundación Alma y el Tren Hospital fueron creados por el pediatra argentino Martín Jorge Urtasun quien, junto con un grupo de profesionales y amigos, se interesó por alternativas frente a la dificultad de los pacientes pediátricos para llegar hasta Buenos Aires para recibir atención médica. Frente a tal realidad, se pensó que ?en vez de traer aquí a los pacientes- había que llegar hasta los lugares en donde estaban las necesidades. Y se eligió el tren como medio efectivo para la concreción del proyecto: un modo de transporte de insumos, aparatos y recursos humanos.
 
La travesía
El viaje de ida dura cinco días aproximadamente y se parte desde una estación ferroviaria en Buenos Aires, "El tren sale durante todo el año lectivo, y los destinos son localidades de Jujuy, Salta, Tucumán y Chaco. En mi caso viajé a los pueblos General Pizarro y Coronel Mollinedo, en Salta, y estuvimos 5 días en cada lugar", nos cuenta Rocío, y agrega, "siempre se viaja a los mismos destinos, para así poder tener un seguimiento de los pacientes"
 
El Tren
El servicio que la ONG brinda está destinado a población con escasos recursos: el tren se convierte la mayoría de las veces en la única atención médica que estas personas reciben a lo largo de todo el año, "El tren sanitario está compuesto por tres vagones totalmente equipados. Se atienden a niños de 0 a 18 años en todas las especialidades. Está preparado para tratar íntegramente a cada paciente, y si se presenta algún caso de alta complejidad se deriva a ciudades como Salta".
El tren recibe gente perteneciente a esas localidades que visita, comunidades aborígenes y fincas cercanas en las que se encuentran muchos trabajadores golondrina de origen boliviano. "Cada niño que ingresa es recibido por la trabajadora social; luego es atendido por la enfermera, que lo pesa, lo mide y le realiza todos los controles de rutina; le sigue la consulta general con el pediatra, que de ser necesario lo deriva con el radiólogo o el bioquímico para hacer estudios, y, por último, el niño es revisado por uno de los odontólogos. Así, cada uno de los pacientes recorre todo el tren y es atendido de modo integral por todas las áreas".
El tren va cargado de todo tipo de medicamentos, adquiridos gracias a las donaciones de vecinos, empresas y laboratorios, que además de utilizarse para tratar a los pacientes se dejan en las unidades sanitarias de las diferentes localidades.
 
La experiencia
Rocío destaca que quienes forman parte de este tipo de voluntariado viven una experiencia hermosa, que los marca de por vida, "Durante el viaje de ida la pasamos muy bien. La mujer que cocina lo hace como los dioses, y el clima que se vive es hermoso. Vamos tomando mate, durmiendo en camarotes compartidos y viviendo momentos muy lindos con todo el equipo. Una vez que llegamos a cada destino nos quedamos por 5 días, en los que atendemos pacientes desde las 8 de la mañana hasta aproximadamente las 14 horas, que hacemos un corte para almorzar, y desde las 15 hasta altas horas en la noche. Todos los que se acercan al tren son recibidos; son gente maravillosa y super agradecida".
Rocío ya se subió dos veces al tren y su intención es seguir haciéndolo, "Cada año intentamos repetir el grupo. Muchos pudieron volver a sumarse y otros no, pero la idea es ir siempre a los mismos lugares para poder darle continuidad a los casos de cada paciente. Lo vivo como un compromiso asumido de por vida, por lo que tengo pensado volver a viajar en el tren cada vez que éste salga. Es algo muy gratificante, movilizador y a la vez frustrante, cuando te encontrás con cosas que no podés resolver. La experiencia es única: del tren no me bajo más"
 
Anécdotas para no olvidar
Cada kilómetro recorrido conlleva decenas de anécdotas, que quedan grabadas de por vida en el corazón de cada uno de los voluntarios, "Hemos visto casos muy complejos, pacientes en estado delicado y gente que realmente necesita que se le de una mano. Llegar a esos sitios es muy importante, y la mayoría de las veces se convierte en la única esperanza para muchísimos niños. En cada lugar en el que nos quedamos nos reciben con peñas y guitarreadas. Los chicos y sus familias nos llenan de afecto, y hacen que cualquier esfuerzo valga la pena"
 
Todos podemos involucrarnos
El Tren Hospital para Chicos Alma renueva en cada viaje su equipo de profesionales voluntarios.  Por ello, la convocatoria está siempre abierta. Las especialidades requeridas son: pediatras y médicos generalistas, odontólogos, bioquímicos, enfermeros, radiólogos y trabajadores o asistentes sociales.
Desde la fundación se invita a todos los profesionales de la salud interesados a comunicarse y postularse para viajar en la fecha que les resulte más conveniente. A su vez, Fundación Alma promueve la colaboración de toda la comunidad a través de donaciones, lo cual incluye a personas individuales, grupos, empresas y otras organizaciones.
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Para más información: www.fundacionalma.org.ar